Buscar información: “la piedra de toque” de todo buen viaje.
Dicen que “la información es poder”. Y, en efecto, lo es. Sin ella no estaríamos en disposición de tomar las decisiones adecuadas. Y para un viajero, campista o no, reunir toda la información posible sobre su destino e itinerario es esencial, vital, fundamental…
Somos campistas viajeros o viajeros campistas, que tanto monta, monta tanto. O simplemente somos “viajeros a secas”, pero como “trotamundos por libre”, todo lo que no aprendamos por nosotros mismos, nadie nos lo va a contar.
La búsqueda de información por todas las vías a nuestro alcance afecta directamente tanto a la preparación como al desarrollo del viaje. Recopilar la mayor cantidad posible de datos y conocimientos – lugares interesantes, horarios, precios, historia, costumbres, etc.- ayudará a que nuestro viaje sea todo un éxito y nos permitirá descubrir lugares y cosas que no habíamos ni imaginado siquiera. Además de enriquecernos personalmente, nos ayudará a optimizar el tiempo disponible.
Al menos para nosotros, uno de los mayores atractivos de viajar con la caravana, a nuestro libre albedrío, es la libertad de ser nosotros mismos. De decidir qué ver y qué hacer. Y cuándo hacerlo. Esa es la gran diferencia con los viajes organizados, que tienen otras ventajas, pero esas no. Mientras sea posible, elijo “el viaje a medida”.
A cambio de eso, a los viajeros por libre nos tocará compensar a base de dedicación uno de los grandes puntos a favor de los viajes organizados: el guía turístico, quien nos explicará los aspectos más curiosos de los lugares visitados y nos llevará a los principales puntos de interés.
Nosotros seremos nuestros propios “guías turísticos”. Afortunadamente, con tiempo y ganas y gracias al abanico de fuentes de información a nuestro alcance: guías turísticas, internet, relatos de viajes, etc., podremos seleccionar aquellos aspectos más interesantes del viaje previsto y aprender todo lo que queramos sobre ellos. Y después, convertirnos en “guías” de nuestra familia o amigos (aún a riesgo de que nos llamen pesados o algo peor...)
Como viajar forma parte de eso llamado “cultura”, nos vendrá muy bien, tanto para nuestro nivel de cultura general como para el disfrute del viaje, informarnos lo mejor posible acerca de la historia y costumbres del país o países a visitar.
Conocer la historia reciente y pasada de un país es un dato clave para entender la mayoría de las veces lo que veamos una vez en destino. ¿Cómo explicarse sino la abundancia de “Châteaux” en el Loira o la escasez de monumentos históricos en Irlanda sin conocer su turbulenta historia y sus conflictos con el Reino Unido? Evidentemente es decisión nuestra dedicar tiempo a ese aspecto del viaje, pero sin duda alguna yo lo recomiendo muy insistentemente.
Los medios de “recolección” de información son tan amplios como variados: guías de viajes, mapas, internet, relatos de viajeros, ferias de turismo, revistas de viajes y de caravaning, las experiencias y recomendaciones de las amistades, el libro de “bitácora” personal, etc. Todos nos aportarán su granito de arena.
Una vez elegido el destino, ¿por dónde empezamos la tarea? Con los tiempos que corren me atrevería a asegurar sin demasiado margen de error que por Internet. Bien, hoy por hoy, es la fuente de información por excelencia. Sin embargo, yo me atrevo a sugerir que si el plan de viaje consiste en descubrir un país o una zona determinada al principio recurráis a una buena guía de viaje.
La gran ventaja de las guías turísticas es que ofrecen una visión global de los principales puntos de interés turístico e histórico. Da lo mismo que queramos conocer Holanda, Alsacia, Castilla y León o Nueva York. Lo mejor es que partiremos de una visión de conjunto de los que el destino elegido nos puede ofrecer. Ciertamente en Internet también se puede encontrar ese tipo de información, pero suele echarse de menos el enfoque más global. A partir de ahí, podremos ir haciendo una lista con los lugares o las actividades que más nos atraigan y podremos ir puliendo el itinerario y las etapas del viaje en función de la proximidad o lejanía de esos puntos de interés.
En el siguiente apartado podemos profundizar en cómo estructurar lo mejor posible el itinerario y las etapas del viaje.
No obstante, Internet gana de calle a las guías a la hora de la información actualizada y detallada: horarios, precios, etc. Lo mejor es que todas las fuentes de información son complementarias
En suma, reunir toda la información posible sobre nuestro destino nos resultará muy útil por dos buenas razones: la primera, aumentará nuestra cultura y la segunda, de índole más práctica, nos ayudará a elegir, en función de nuestros gustos y expectativas, qué ver y qhacer durante el viaje, además de disfrutarlo mucho más. De la esmerada selección de la información estará la diferencia entre hacer un viaje “de ensueño” o, por el contrario, un viaje más.



